Ramón Alejandro , n. 1943 Nació Ramón Alejandro al pie de la loma del Mazo en el barrio habanero de la Víbora en 1943. Su bisabuelo, abuelo y tíos maternos habían sido pintores, y aunque se trató por todos los medios de disuadirlo de seguir sus pasos, todo fue en vano. A los diecisiete años recorrió los Andes Australes, la Patagonia y Minas Gerais: a los veinte años llegó a Bahía y de allí se dirigió a Europa, Marruecos, Egipto, buscando las pinturas, esculturas y arquitecturas que ninguna reproducción le permitía, a su entender, disfrutar y comprender satisfactoriamente. Buscaba dominar el oficio del que sentía urgente necesidad para realizar su propia obra, grabó en metal durante tres años antes de intentar pintar. Surgieron simulacros de estructuras articuladas representando entidades celestes o infernales que fueron interpretadas como máquinas de tortura. Meticulosamente dibujadas, pasaban como tridimensionales, flotantes en el espacio. Estos aparatos engendraron a la larga un paisaje circundante en el cual con el tiempo empezó a proliferar una vegetación lujuriosa que terminó por parir frutos ideales, abiertos para hacer ver claramente la intimidad de sus pulpas y cargados de semillas variadas como ejemplos de nacimiento y muerte. Al poco tiempo, aparecieron los desnudos míticos. A partir de 1963 eligió París como su residencia fija; en 1995 se traslada a Miami donde reencuentra la vegetación, el mar y las nubes de su infancia. Actualmente se desplaza entre ambos sitios.